CARTA DE DESPEDIDA DE JOSE ALBERTO LOPEZ A LA AFICION DEL SPORTING
CARTA DESPEDIDA JOSE ALBERTO
Cuando hace un año accedía al cargo de entrenador del Sporting
cumplía uno de mis sueños como técnico. Desde que entré en este club he
recibido muestras de cariño y cada día he tenido la oportunidad de
aprender algo nuevo. Por todo ello quiero dar las gracias a todas y cada
una de las personas que componen esta gran familia.
Como deportista que soy, acepto que los resultados definen una
trayectoria y cuando estos no acompañan, los méritos, la dedicación y el
conocimiento no son valores que permiten la continuidad. La victoria y
el gol es el único juez que imparte justicia.
Los entrenadores sabemos que tarde o temprano llegará el momento del
adiós y por eso nuestro equipaje debe ser ligero en la llegada y
abultado de experiencias en la despedida.
Quiero aprovechar esta carta para decir que ha merecido la pena vivir
intensamente este tiempo y que lamento como profesional no haber podido
cumplir el objetivo de llevar al Sporting a lo más alto. Ese era mi
deseo y el de todos los que me han acompañado.
La vocación y el sentimiento de pertenencia que vivimos todos los que
hemos trabajado en el Sporting hace que nos sintamos orgullosos de ser
especiales. He tenido la suerte de conocer, desde que llegue a las
categorías inferiores, el coraje de ser sportinguista.
En lo personal me siento un privilegiado por haber tenido una
plantilla de grandes profesionales y excelentes personas, a los que me
hubiera gustado hacer mejores futbolistas. Ellos son el patrimonio del
club y los verdaderos protagonistas. Han intentado seguir nuestras
indicaciones, esforzándose en cada entrenamiento y luchando en cada
partido para ofrecernos lo mejor.
Quiero dar las gracias a las personas que confiaron en mí para
dirigir al equipo en el campo, en especial al presidente y a su junta
directiva, también al director deportivo y a cada uno de los
trabajadores del club que me apoyaron desde el primer día. Ellos han
hecho posible que esta vivencia sea inolvidable.
Mi agradecimiento de corazón a mis colaboradores, los que venían
conmigo y los que aquí me encontré: fisioterapeutas, médicos, utilleros,
preparadores físicos, técnicos y comunicación.
A la afición, que coreó mi nombre en El Molinón, darle las gracias y
pedirles perdón por no haber satisfecho sus expectativas. Allá dónde
esté y mi profesión de entrenador me permita trabajar llevaré siempre en
el corazón estos colores.
Ha sido un privilegio ocupar este banquillo. Deseo con absoluta
sinceridad que lleguen las victorias para poder disfrutar de la calma
necesaria para alcanzar los objetivos.
Gracias a todos sin excepción.
José Alberto.
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